jueves, 29 de octubre de 2009

Confesiones... ( Cartas )


ACTO (I) ELLA:


Suave brisa que recorre un rostro marchito, dulces palabras que embelesan al más triste de los corazones. Cada silaba acentuada en un oído que no tiene amor ni esperanza por el mundo, y te anima a creer que en este mundo hay un hueco reservado para ti. Qué criatura tan mentirosa que me engaña con palabras de esperanza y la considero una arpía por animar a mi hastiado corazón…
¿Por qué eres como un soplo de aire fresco en una bochornosa mañana de verano?
¿Por qué tu espíritu no es mezquino y me escucha?
¿Por qué creo que de verdad admiras en mí, una belleza que creo que no existe?

Pequeño no te subestimes, eres gran portador, un ser de corazón fuerte y lleno de vida, que simplemente se había acostumbrado a creer que no era nada en este frío mundo gris.
Cuan equivocado estás…


ACTO (II) ÉL:

Tu mensaje hace sentir a mi alma moribunda una sensación que anhelaba poseer desde hace mucho tiempo y por una vez piensa que la salvación es posible, aunque no en vano me aflige que esa parte de ti, que se atormenta, por creer que sus actos son pecados que merecen un castigo divino, sean en realidad actos que solo los ángeles puedan realizar, pues considero que no eres más que uno de esos seres alados, privado de volar y condenado a vivir esta pesadilla.
Harpía renegada, que ilumina mi senda, ¿Aun no te has dado cuenta de que tu belleza y gracia es la única cuerda a la que puedo agarrarme en este mundo?, solo contigo, olvida mi mente cometer un crimen sobre mi ser, que me llevaría al mismísimo infierno, y es allí donde podría acabar, si cualquier ser humano o Dios se atreviese a dañar tan hermosa criatura.

Reprocho a Dios, no tu marcha, si no, el haberme echo la triste sombra que teme a que, aquel hombre que pasea por tu maravilloso corazón, no sea un espejo de mi ser, y quizás así atarte a mi amor. Mas, se que tu espíritu es inquieto y que no quieres ser, un pobre pájaro más enjaulado. Mi amor por ti a hecho que me olvide de la razón de la que los hombres clásicos se regodean, pues, solo quiero que aquellos momentos que pase contigo, sean únicos y permanezcan en mi mente y mi corazón hasta que de mi ultimo suspiro.

No hay comentarios: