lunes, 8 de septiembre de 2008

Crónicas de una Renacida (II): Radiografia de una muñeca rota


Nueva, bueno aún siento los efectos como dolor de garganta y poca cosa más, pero al menos la fiebre se esfumó.

Nueva por fuera y rota por dentro, ¿cómo puede tener estas propiedades una muñeca de trapo?. No eres nada, solo algodón y telas, y sin embargo temes y padeces y aunque no lo tengas, tú corazón se parte, ¿cómo puedes sentir? ¿Cómo puedes pensar? sin órganos, sin sangre, nada excepto tela y algodón. No eres un ser vivo y sin embargo, las lagrimas recorren tu rostro que aunque más parecidas a algodón que a agua cristalina, lagrimas son después de todo.
Linda muñeca, ¿Qué rompió tu corazón?, ¿Qué creó la cruz en tu pecho mullido?

Eres una criatura de aspecto tan frágil, entre unos dedos puedes ser aplastada antes de darte siquiera cuenta, has vivido bajo la intemperie, agresivas tormentas y crudas nevadas, las estaciones pasaron sobre y bajo tu cuerpo y tú simplemente te encontrabas allí, arrojada, sin salida, sin compañía, tan solo allí, tirada, sola y abandonada.

Dulce muñeca de trapo, ¿ese fue el motivo que te llevó a tu estado?, ¿quién te abandonó? ¿Fue quien te partió el corazón? ¿O es un amor soñado que creaste durante aquellas ventiscas, y pensaste que sería tu salvador y te llevaría en su regazo?

Muñeca soñadora, muñeca de trapo de sueños rotos, como tu interior, y como ya mismo tu exterior. Pero en tus ojos aún queda esperanza, una esperanza que a pesar de encontrarse casi marchita existe, y desea que alguien te encuentre, te limpie y te lleve a su hogar. Un ser que te quiera y te de su amor.

Quizás quieras jugar conmigo, buscaba una muñequita huérfana, ¿quieres jugar conmigo?. Puede que tú seas la diferencia entre el sentido de la vida y la muerte.

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