jueves, 4 de septiembre de 2008

ELLA..


ELLA, tan hermosa e inocente, un rostro para siempre recordar, un rostro que aunque quisiera jamás podría olvidar.
No sabría decir que ropa llevaba ni cual era su color de pelo, no sabría tampoco decirte el color de sus ojos, ni el de su piel. Sencillamente era perfecta, unos brazos en los que podría permanecer eternamente, unos ojos a los que podría observar por siempre.
Quizás sea lo que pretende pero no me importa. Su sonrisa era... Bueno no sabría definirla, no se si sus labios eran gruesos o finos, si llevaba o no pintalabios, pero aún así si puedo decir que era mágica. ELLA en si misma era algo que no podía existir, porque si lo hiciese no nos podríamos fijar en ningún otro ser humano.
Voz tímida, inocente, dulce,y alegre, una voz que no existe ni en lo más profundo de nuestro inconsciente. Las mismas sirenas la envidiarían si pudiesen escucharla.
ELLA, me dio tanta paz., tanto amor, yo no se lo había pedido, yo no era nadie, tan solo ana persona más, una persona insignificante en este triste mundo, y ella en cambio no dudó ni por un segundo.
La calle estaba abarrotada, unas calles grises y tristes donde nada tenía sentido, no tenía sentido continuar en un mundo así, y fue como si viese en mi rostro la desesperación, como si supiese exactamente lo que en mi interior se manifestaba, pero era imposible porque fue un grito que nadie pudo escuchar pues solo ocurrió en mi interior. Pero ELLA si, se podría decir que apareció de la nada, o quizás me lo pareció a mi.
Era un ángel, un verdadero ángel. Un bellísimo ángel que caminó hacia mi, su andar no era sexy ni insinuante, era casi saltarín, como si flotase y durante todo el tiempo me sonreía, y si no lo hacía yo era feliz pensando que así era. Pero era imposible que no fuese así porque desde que nuestras miradas se cruzaron se dirigió directa a mí, no pensé que pudiese ser posible pero era así. Y fue en ese mágico momento en el que la distancia era mínima cuando su mano helada y a la vez cálida acarició mi mejilla, y sencillamente quise cerrar los ojos para poder sentirla mejor, pero fue imposible, era tan hermosa...
Fue un momento fugaz, apenas fueron unos segundos y desde que apareció en mi mundo hasta que estuvieron en contacto nuestras pieles me pareció una eternidad, una eternidad tan cruel, que dolía con cada paso que daba, una eternidad que se hacía tan cruel que el corazón se me destrozaba a cada segundo, solo de pensar que no llegaría a tocarme.
Dulce desconocida, siento que mi alma no quiere permanecer en este cuerpo roto.
Dulce desconocida, solo deseo ir contigo, porque mi corazón no podría soportar alejarse de ti.
Dulce desconocida sin ti ya nada tendría sentido no me abandones en este mundo triste y gris.

Y de nuevo me sonrió, complacida, transmitía tantos sentimientos, y ni siquiera había hablado, fue tan solo un susurro, fue lo primero y último que sus labios dijeron, y entonces nada...

- No te preocupes mi pequeña criatura tu deseo se hará realidad...

No hay comentarios: